viernes, diciembre 09, 2005

Fotos....

1952 Comunion


20 años

Aqui con sus hermanos


Hector , Publio y Marcelo 1975

Un Adios...



Perdona que entre sin llamar,no es esta la hora y menos el lugar.Tenía que contarte que en el cielo no se está tan mal.Mañana ni te acordarás," tan sólo fue un sueño" te repetirás.Y en forma de respuesta pasará una estrella fugaz.Y cuando me marche estará mi vida en la tierra en paz.Yo sólo quería despedirme, darte un beso y verte una vez más...Promete que serás feliz,te ponías tan guapa al reír.y así, sólo así,quiero recordarte.Así, como antes,así, adelante,así, vida mía,mejor será así.Ahora debes descansar,deja que te arrope como años atrás.¿ Te acuerdas cuando entonces te cantaba antes de ir a acostar?Tan sólo me dejan venirdentro de tus sueños para verte a ti.Y es que aquella triste noche no te di ni un adios al partir.Y cuando me marche estará mi vida en la tierra en paz.Yo sólo quería despedirme, darte un beso y verte una vez más...Promete que serás feliz,te ponías tan guapa al reír.y así, sólo así,quiero recordarte.Así, como antes,así, adelante,así, vida mía,ahora te toca a ti,sólo a ti,seguir nuestro viaje.Se está haciendo tarde,tendré que marcharme.En unos segundos vas a despertar...






jueves, diciembre 08, 2005

Un poco de historia...

Debo hacer un alto, marcar la diferencia, subir a un lugar relevante, los matices y relieves de la personalidad de un hombre sencillo, humilde, sabio, amistoso, leal, integro, que entregó su juventud y toda su vida en pos de aportar al colegio todos sus talentos, emociones, afectividad y sueños, para fortalecer la concepción de familia comercialina que preferentemente han comprendido en toda su magnitud, sólo aquellos que ya han abandonado las aulas. Y a la distancia recuerdan que un día contuvieron los impulsos juveniles, sueños , amores, penas y alegrías de miles de estudiantes que después de egresar se perdieron en las sombras del mercado laboral, envejeciendo cada día, sin dar muestras que tuvieron un pasado adolescente y que fueron acompañados de cerca por un grupo de profesores que hoy envejecidos, recuerdan con nostalgias a sus alumnos preferidos que dieron vida y fuerza a su vocación docente. Me incluyo entre ellos, siendo joven llegué a colaborar con todos los que trataban de construir una gran familia educativa, conocí quijotes, soñadores, impetuosos y vitales profesores que buscaban entregar sus sueños y anhelos a cuanto joven quisiera encontrar un camino venturoso, para dar sentido a su vida. En todos los niveles se encontraban talentos, Directivos jóvenes, profesores, paradocentes, y auxiliares.
Apenas tenía veinte años cuando conocí a Publio Melo Lagos , fue una aceptación mutua, había en su personalidad un liderazgo implícito, era joven, impetuoso avasallador en su trabajo, conocía cada rincón de su colegio, incluso aquellos lugares que pocos conocieron. Ese antiguo colegio de Pedro Aguirre Cerda tenía tantos recovecos que hasta los más listos, sólo conocieron algunos sectores. Pero aún así disfrutaron de ellos.
Publio era influyente entre los alumnos, lo estimaban y lo respetaban por su disposición para ayudar.
Su voluntad de servicio lo puso en su querida Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Lota.
Reclutaba voluntarios entre los alumnos de los cursos superiores,y motivaba a sus compañeros de trabajo.
La Democracia Cristiana era el sentido de su vida política. Fue un militante disciplinado y finalmente, con las vueltas del tiempo desencantado con los vaivenes de su amado partido. Luchó contra la dictadura sólo con la fuerza de sus principios, era solidario con los atemorizados partidarios de otras tiendas políticas. Fue un detractor sano de la Unidad Popular, luchó contra la prepotencia de los socialistas de la época. Era humanista, social demócrata y libertario, un falangista de tomo y lomo, en fín un hombre de las minas amante de su pueblo, amigo de sus amigos y leal con sus principios.
Muchos hombres importantes de la política contemporánea, llegaron a su casa buscando su aprobación para postular a cargos de relevancia provincial y regional. Sea de Diputados o Senadores de la República.
Lo que más me sorprendía era la facilidad para hacer amistad con los alumnos y el respeto que estos tenían por su persona.
Lo conocí en esos interminables bailes dieciocheros que por largos años dieron al Liceo un perfil de fiestas y jarana. Se que lo hacíamos para acercar recursos frescos a las grandes necesidades que el colegio tenía, de amplificación, elementos deportivos, etc.
En este tipo de eventos Publio era genio y figura, hombre puesto en todas las comisiones. Recuerdo una vez que terminábamos un baile de dieciocho, me di cuenta que mi amigo tenía el pelo parado, todo el pelo se le había levantado, se parecía a uno de los tres chiflados, cuando eso ocurría, no había dudas que mi amigo estaba listo....., le pasaba lo mismo que Eucarpio Vargas que se le caía un mechón, así como Don Víctor Hugo Leiva paraba el dedo índice y eso era seña inequívoca que se les había pasado la mano en las copas. Cuando estos bailes terminaban la cosa era peor, así lo debe recordar Sergio Benavente, Rafael Belmar, Darío Quezada, Guillermo Unibazo, .......que tiempos. Todos cómplices de noches de juerga, unidos por una férrea amistad en las buenas y en las malas. Si no hubiese estado presente no podría relatar estas líneas. Siempre pienso que ahí comenzó a forjarse la familia comercialina, donde poco a poco se fueron integrando alumnos que eran cercanos a estos grupos. El trabajo era arduo, si bien es cierto se contaba con la comprensión de los alumnos, los espacios y recintos eran muchos y el personal era poco. En esas alturas Publio vivía en Camilo Olavarría, en los edificios que estaban en el antiguo retén, cercano a las parcelas de Buen retiro. Héctor era pequeño, tez blanca, pelo rizado y amplia sonrisa, Marcelo era más pequeño aún, moreno pálido, delgadito y silencioso.
En esas condiciones abrió un pequeño casino para atender las necesidades de alumnos y jóvenes profesores que venidos de ciudades vecinas atendían horas de clases y carencias afectivas de muchos alumnos que enfrentaban la vida, débiles en apoyo pero que intentaban mostrar una fortaleza lejana a su realidad. Eran momentos de éxitos deportivos, el básquetbol dirigido por el ingenioso y creativo profesor de Educación Física Raimundo Saavedra Maurelia, actual Asesor Deportivo de la Ilustre Municipalidad de Coronel con equipos integrados por alumnos que marcaron la época. Alguien habrá olvidado a José Laureano Fica, el “ pelao “ a Florindo Neira, al Negro Pinto, Daniel Zapata, al Negro Espinoza, al Pachaco Bravo y tantos otros alumnos que marcaron el sello del básquetbol escolar en Lota. ¿ Quién podrá olvidar el Voleibol dirigido, primero por el profesor de Educación Física Luis Saavedra Velozo hoy distinguido profesor de Educación General Básica en la ciudad de Concepción y posteriormente Víctor Beltrán Oviedo ex alumno y hoy Jefe de Finanzas en el Departamento de Educación. Habrá olvidado alguien a jugadoras de la categoría de Ana Rivas, Beatriz Constanzo, Margarita Correa, Ana” la flaca “ Ruiz, Ester Núñez, Patricia Toledo y otras.
Por varios años Publio trabajó junto a la Señora Teresa.
Héctor y Marcelo crecían jugando en el amplio patio que a su vez era la multicancha del Liceo. Lorena, pequeña niña que pasó gran parte de su tiempo dentro de un cajón con cojines y frazadas que sólo la consolaba una agradable mamadera que le era entregada con afecto y cariño por su atareada mamá que hacía esfuerzos por atender sus responsabilidades en el pequeño y sencillo casino. Lorena pasó mucho tiempo en el semi oscuro local, bullicioso por los alumnos y profesores que compraban las golosinas necesarias para calmar el apetito y el frío a veces lloraba otras veces reía pero es difícil que haya olvidado ese espacio de su vida. El local estaba a la entrada de los baños de las niñas y era un viejo y oscuro recinto donde muchos de nosotros pasamos gratos momentos de armonía y convivencia junto a colegas y alumnos.
Ahí celebrábamos cumpleaños, bienvenidas, pagadas de piso, despedidas y otras fiestas, como el casamiento de mi entrañable amigo Guillermo Unibazo Guerrero. La gracia le costo Publio la donación de cerca de 20 almuerzos. Cuando hicimos la despedida de soltero de Guillermo, cada uno tenía que hacer una gracia, como Publio no sabía cantar, ni recitar, trato de hacer un discurso y dijo yo mañana invito a almorzar........ tratando de decir que invitaba a almorzar a los novios, pero todos los presentes gritaron a coro yaaaaaaaaaaaa, y no le quedó más remedio que preparar más de 20 almuerzos con la reprobación de la Sra. Teresa quién administraba las finanzas. Buen chiste de mi amigo........ Pero antes de eso Publio y Pedro Ambiado acompañaron a Guillermo al Registro Civil y después de haber andado toda la noche de parranda, llegaron hasta el cuarto piso y en el descanso de la escalera cantaban llenos de alegría acompañando a su amigo de siempre.
Otro gran amigo de Publio era Sergio Benavente Torres, Paradocente con ventajas, se sabían las buenas y las malas de cada uno, eran camaradas en la Democracia Cristiana, iban a las marchas juntos, peleaban con los contrincantes de la época. Eran punto fijo en el Delfín, en El Greco o donde Juanito viejos Restoranes del centro de Lota, El personal joven se reunían con frecuencia para compartir y contar chistes e historias entretenidas, intercambiar anécdotas ocurridas durante la jornada de trabajo o simplemente para compartir. Los paseos eran cosa seria, se iniciaban con mucha alegría y se retornaba con pasos vacilantes, el pelo parado y la lengua traposa.
Recuerdo alguna anécdotas como un paseo que se realizó en Colcura, siguiendo el riachuelo hacia un sector que se llama los Laureles, Publio iba de cocinero y llevaba a un ayudante de los Programas Pem, ambos se tomaron demasiado cargado el harinado de la mañana y hubo que cuidarlos a los dos para que no se fuesen a caer dentro de los fondos mientras cocinaban. Pasaron todo el día arriba de la chuica, para ser sinceros el almuerzo quedó más o menos nomás, pero bueno......... después venía el asado
Otra vez se hizo un paseo en La Rinconada de Colcura y entre partidos de fútbol, conversas y otros pelambres, le fuimos poniendo todos entre pera y bigote, después un rico y contundente almuerzo, otras copas al vientre, después la otra pichanga de fútbol y luego a bañarse, al principio con traje de baño y después los carapálidas. En esas travesuras estábamos cuando vimos a mi buen amigo Publio que con frecuencia se zambullía, y pasaba largos minutos bajo el agua, pensamos que estaba haciendo gracias, pero luego lo vimos preocupado,.........Lo que había sucedido es que en uno de esos piqueros se le cayó la prótesis dental y se le había extraviado, y en definitiva así ocurrió. Por más que la buscó fue imposible encontrarla, entre todos le ayudamos y no se encontró. Cuando paso el tiempo, cada vez que Publio iba a la feria, los colegas se reían y decían que pasaba por el sector donde estaban lo peces y a todos les habría la boca para mirarle los dientes y ver si aparecía su preciado objeto perdido. La leyenda cuenta que una vez vió un congrio dorado grande y hermoso y su sonrisa le pareció sospechosa, más no podría dar fe si ese episodio es verídico o es parte de la fantasía popular.
Eduardo Novoa era otro de las yuntas que de pronto se juntaba y hacían leseras. Cada vez que se celebraba el Día del Profesor, nosotros hacíamos un paseo y cuando volvíamos, transpirados, sucios, cansados y bien copeteados, al parcito se les ocurría pasar al Baile de Gala de los profesores a saludar a los pocos colegas que por alguna especial razón iban a las actividades del gremio, el resto compartíamos todos juntos en cualquier lugar y ellos se quedaban dando el espectáculo que es posible imaginar en esas condiciones. Otra vez perdió la campana del colegio, en un de esos descuidos sin explicación junto a su amigo Marcial Campos.
Otra anécdota buena fue cuando a Don Roberto se le echo a perder la máquina de escribir mientras hacia un largo documento y como era su costumbre gritó ¡¡¡¡ Publio Melo Lagosss !!!!!! si señor ? Fue la humilde respuesta. ¿ Podrías ver porqué no funciona esta máquina.. a ver. Sin percatarse de que estaba el documento puesto, empezó a teclear, lógicamente marcó una serie de letras en el documento y después para rematar toma el espaciador y lo corre violentamente rajando la primera hoja, vale decir el original. Don Roberto pasó por todos los colores, primero se puso rojo, después se puso blanco y luego se puso verde, faltó que le diera un ataque al corazón. Su buena voluntad lo traicionaba. Fui uno de las pocos profesores que pasó horas y horas con Publio. La especialidad de ventas era siempre uno de los cursos más chicos por lo tanto lo destinaban a la bodega que era donde mi amigo tenía su sala de impresión estaba el famoso Dito y el legendario mimeógrafo, ahí se tejieron mitos y leyendas, dio para todo, pero la verdad es que fue el mejor elemento para el apoyo educativo.
Después vino el accidente de la Sra Teresa, posteriormente la ruptura, la separación. También se vino el cambio de colegio, el fallecimiento del profesor Gerardo Lavanderos Mazzella, el nuevo establecimiento, todos cambios importantes en la vida del Liceo.
Héctor y Marcelo ya eran estudiantes nuestros, pero esa historia la contarán un día sus propios protagonistas.
Eventos, Veladas Bufas, Actos, convivencias llenaban la agenda de actividades de Publio quién compartía a plenitud con los estudiantes poniendo al servicio de ellos todo su talento, energía y buena voluntad.
Después vino la separación y el viaje al extranjero de sus hijos. Esa situación marcó una etapa nueva, diferente, difícil, de confusión, de contradicción profunda, pena tristeza, angustia,.............. Antes o después de ello había aparecido Trinidad la que fue su compañera inclaudicable. Entre la nostalgia, las penas y el nuevo hogar vino Estefanía que fue su refugio de afectividad, amor, ternura y reencuentro. La ausencia de sus hijos lo sumió en una larga angustia que me compartió muchas veces, fue cuando lo vi más confundido. Empezó a beber con demasiada y peligrosa frecuencia, me buscó muchas veces para contarme sus penas y después de muchas conversaciones fue saliendo de ese problema que lo llevaba indefectiblemente por el despeñadero. A la salida de eso fue cuando nuestras relaciones pasaron por el peor momento. Había perdido la concesión del casino, lo había tomado el Centro General de Padres, pero el buscaba la forma vender clandestinamente, incluso fijó la hora de colación a la misma hora del recreo, entonces salía por la calle de su casa y se iba por el cerco a vender completos. La situación no podía ser más irregular, los apoderados reclamaban y los demás funcionarios no veían con buenos ojos lo que sucedía y fue al término de un Consejo General de Profesores donde se presentó y manifestó que era objeto de una persecución de mi parte y que no se le permitía trabajar. La situación era confusa porque los asesores del Centro de Padres no estaban presentes para fundamentar sus reclamos y se trató de hacer parecer que había sido una incomprensión de mi parte. Las relaciones quedaron débiles por mucho tiempo, hasta que un día llegó a mi casa muy triste a pedirme perdón por lo que había sucedido y a contarme que lo habían usado y que era una maniobra enteramente planificada y urdida para perjudicar al estamento Directivo y planeada por un grupo de profesores y paradocentes que en beneficio de la higiene mental no vale la pena mencionarlos y más encima cuando ya jubilaron y se encuentran
en sus hogares con demasiado tiempo para pensar. Nos dimos un gran abrazo, en mi espíritu estaba el más noble deseo de perdonar y sentí en ese acto el profundo sentimiento de afecto y respeto que nunca más nos abandonó. De ahí en adelante su actitud fue de gran respeto y lealtad que nunca olvidaré.
La llegada de sus nietos le trajo orgullo y alegría, de la misma manera que los logros de sus hijos en ese lejano país. Por los pasillos del colegio lucía henchido su pecho las poleras y tenidas especiales que le mandaban de Suecia. Igual que me entregada orgulloso y felíz cuando Héctor me mandaba encomiendas que contenían lápices, gomas, cuadernillos y otros útiles, lo mismo que ropa que era distribuida igual que los útiles entre los alumnas y alumnos de bajos recursos. Mientras eso ocurría el consolidaba su familia acá. Como es un tema profundamente privado lo respetaré así.
De cualquier manera siempre me manifestó su deseo de viajar a Suecia, más que nada por conocer, por ampliar las fronteras de su entorno, por descansar.
Durante un buen tiempo se dedicó a trabajar en lo que había aprendido sin estudiar, a reparar máquinas de escribir, era buscado y requerido para esas tareas. Incluso estuvo un tiempo desarrollando esa misma tarea en un colegio de Curanilahue, vendía helados, vendía hojas, almuerzos, el año anterior a su fallecimiento almorzamos con Selvita todo el año en su casa por lo que compartimos en muchas ocasiones. Casi siempre lo angustiaba el tema de los recursos. Su sueldo no era alto y el de Trinidad tampoco y necesidades nunca faltan. Hacía mucho tiempo que no se tomaba una vacaciones, lo angustiaba su diabetes, se había hecho un adicto a los dulces, escondido tomaba bebidas y comía dulces como un niño pequeño.
Todos estos problemas minaban su salud y hacían sus pasos más lentos y cansados, sus brazos ya no era fuertes y su actitud era de un hombre agotado y triste le faltaba tiempo para acogerse a su jubilación y además lo veía distante.



Hacia fines del año 2003, por distintas gestiones había conseguido recursos para tomarse una vacaciones. Esa situación lo mantenía contento y animoso. Se había contactado con Luis Valencia, ex alumno, contador, y amigo, quien tenía un camping en el sector de Carampangue y le haría un precio especial y además lo tenía desafiado que apenas llegará prepararían un asado para sellar esa larga y férrea amistad, propia de los integrantes de esta gran familia. Estos hechos sucedían entre Pascua y Año Nuevo, con los recursos recibidos pagó algunas cuentas y compró algunos regalos propios de la fecha. Manifestó deseos que le prepararan algunas comidas que le gustaban, cosa que hizo Trinidad. En esas idas y venidas nos encontró la realización de los trabajos de reparación y construcción en el Colegio. Se iniciaron los trabajos, desarmes, ruidos, capataces, supervisores y toda esa plaga que aparece en este tipo de situaciones. A Publio lo tenía terriblemente enfadado la actitud del supervisor del DEM ( Departamento de Educación Municipal ) a su juicio se llevaban las cosas a ojos vistos. Seleccionó, para guardar cuanto cachureo pudo pero realmente estaba fuera de si. El mismo día de su fallecimiento estuve conversando con él, me comentó sus planes para el campamento y me volvió a insistir sobre la actitud de la gente que se llevaba las cosas. Las quería como propias, por él ojalá no tocaran nada de su amado colegio.
Estaba cerca de sacar su feriado, estaba todo dado para que disfrutara de unas merecidas vacaciones. Esa tarde habló con varias personas, estaba empezando un trabajo de carpintería para la UTP, uno de los clásicos recortes y tabiques, en los cuales ya se había transformado en especialista. Mientras descansaba estuvo conversando con Patricio Garrido y casi al final con Roberto Machuca, les pregunté a ellos el tenor de la conversación, pero no recordaron nada trascendente.


Me contó Trinidad:

“ El día 7 de Enero él se fue a su trabajo y vino a la casa como a las 10.00 hrs. Yo estaba acostada y él se acercó a la cama y me dio un abrazo muy largo y dos besos, cosa que me sorprendió ya que esa no era su costumbre, después de eso, salió y volvió a su trabajo. A la hora del almuerzo volvió, estaba de buen ánimo y se puso muy contento pues había preparado una rica cazuela de vacuno que era uno de sus deseos incumplidos. Mientras almorzábamos el habló de su muerte, si eso ocurría quería que lo velaran en el colegio donde como siempre lo podrían encontrar todos los que lo quisieran ver. Me decía, además, que quedaría bien con la plata por los años de servicio que tenía y le dijo a Estefanía que cuando la vieran le dirían que era parecida a su papá y que no llorara porque él iba a estar muy bien y que sus funerales serían muy lindos..................Después yo me fui a Concepción, el se quedó trabajando. Cuando salió de sus labores se fue al centro, se encontró con varias personas y se despidió de otras tantas amistades. Luego se quedó con su amigo del frente de la casa, donde sufrió el primer infarto.....................cuando lo volví a ver estaba fallecido.”



Después de lo narrado ya nada tiene sentido para nadie. Vivimos en plenitud su amistad, sufrimos afectados sus errores y equivocaciones, fuimos capaces de comprender al hombre, al padre, al compañero de trabajo, al amigo, al colaborador leal, a la persona que se acercó y con un abrazo selló una inquebrantable lealtad. En fin, si bien es cierto, este relato busca recordar y reivindicar parte del olvido de este hombre importante para el Colegio, más no buscar protagonismo, pero he tenido que manifestar cosas mías porque fue tan fuerte y largo el caminar por el tiempo, en que necesariamente trechos de él lo debí hacer del brazo de mi amigo y en algunos casos afirmarme de él para seguir la ruta. Su brazo siempre estuvo presto para afirmar la hermandad.
Los hombres se miden por sus valores, sus acciones y no por sus discursos, lo hechos simples, sencillos, talvés cotidianos construyen los afectos y raíces de compañerismo. Como en toda familia muchas veces lo critiqué, más bien critiqué sus acciones, pero así se construye la vida.
Trinidad no debe estar triste hoy, tuvo el privilegio de caminar junto a un hombre, creció y avanzo, tiene una hija y su recuerdo..........Tiene el afecto de Héctor, Marcelo y Lorena a quienes desde estas líneas doy testimonio que a Publio no le quedaron cosas pendientes, sólo la preocupación por Estefanía y el orgullo de sus hijos lejanos. Cerró limpiamente el capítulo final de su vida, tal como el fue, simple, directo y sencillo.
Dejo estas líneas como un pequeño homenaje a mi amigo y compañero.
Cada recuerdo lo guardaré con el cariño de siempre.

Adiós

Arnoldo Hidalgo Saldivia

martes, noviembre 08, 2005

Publio Melo Lagos



Cuantas cosas son necesarias decir
antes que sea demasiado tarde
escucho tanta gente sufrir del recuerdo, del instante
no queriendo admitir, aceptar lo irreparable
lamentos, gritos, dolor,
sin ni siquiera ya escucharse, por eso hoy quiero escribir,
escribir para mi padre
que lo tengo hoy aquí,
y reparar lo irreparable...
Yo siempre pienso en ti,
mi viejo inolvidable,
y hoy te digo te amo,
gracias por ser mi padre...
Los recuerdos de cuando niño,
de cuando te veía gigante!!
y hoy que soy adulto
te veo aún más grande,
por eso hoy te digo...
te amo padre... aunque sea
demasiado tarde!!!

Hola viejo dime cómo estás,los años pasan y no hemos vuelto a hablar y no quiero que te pienses que me he olvidado de tí.Yo por mi parte no me puedo quejar,trabajando como siempre igual,aunque confieso que en mi vidahay mucha soledad.En el fundo tú y yo somos casi igualy me vuelvo loco solo con pensar.Quizás, la vida nos separe cada día más,quizás, la vida nos aleje de la realidad,quizás, tú buscas un desierto y yo busco un mar,quizás, que gracias a la vida yo te quiero más.Hola viejo dime cómo estás,hay tantas cosas que te quiero explicar, porque uno nunca sabe si mañana esté aquí.A veces hemos hido marcha atrásy la razón siempre querías llevar,pero estoy cansado,no quiero discutir.En el fundo tú y yo somos casi igualy me vuelvo loco solo con pensar.Quizás, la vida nos separe cada día más,quizás, la vida nos aleje de la realidad,quizás, tú buscas un desierto y yo busco un mar,quizás, que gracias a la vida yo te quiero más.Quizás, la vida nos separe cada día más,quizás, la vida nos aleje de la realidad,quizás, tú buscas un desierto y yo busco un mar,quizás, que gracias a la vida yo te quiero más.Hola viejo dime cómo estás,los años pasan y no hemos vuelto a hablary no quiero que te pienses que me olvídado de tí.